En los pasos de una cata apreciaremos lo siguiente:
COLOR
Si se inclina la copa hasta que el brandy llegue al borde de la misma y observamos su capa superior -sobre un fondo blanco- podremos apreciar las tonalidades de color que pueden ir del amarillo pajizo hasta el ámbar y a la caoba en función de su vejez o del tipo de vasijas en las que envejeció. Apreciaremos también su brillantez y luminosidad.
Si se inclina la copa hasta que el brandy llegue al borde de la misma y observamos su capa superior -sobre un fondo blanco- podremos apreciar las tonalidades de color que pueden ir del amarillo pajizo hasta el ámbar y a la caoba en función de su vejez o del tipo de vasijas en las que envejeció. Apreciaremos también su brillantez y luminosidad.
NARIZ
Dos caracteres del brandy de Jerez destacan en nariz: de una parte, los aguardientes de vino, cuya presencia será más nítida en los más jóvenes (Solera) y que paulatinamente dan paso a aromas más complejos procedentes del envejecimiento (Solera Gran Reserva). Al mismo tiempo pueden aparecer notas que evocan al tipo de vino que tuvo la vasija: notas secas y frescas (si hubieran sido de Fino), elegantes y ajerezadas (si hubieran sido de Oloroso), y dulces y complejas (si hubieran sido de Pedro Ximénez).
Dos caracteres del brandy de Jerez destacan en nariz: de una parte, los aguardientes de vino, cuya presencia será más nítida en los más jóvenes (Solera) y que paulatinamente dan paso a aromas más complejos procedentes del envejecimiento (Solera Gran Reserva). Al mismo tiempo pueden aparecer notas que evocan al tipo de vino que tuvo la vasija: notas secas y frescas (si hubieran sido de Fino), elegantes y ajerezadas (si hubieran sido de Oloroso), y dulces y complejas (si hubieran sido de Pedro Ximénez).
BOCA
En boca destaca su carácter cálido de aguardiente de vino -responsable de su estructura-amplio, con notas de madera muy definidas, a las que se superponen las características de las botas empleadas.
En boca destaca su carácter cálido de aguardiente de vino -responsable de su estructura-amplio, con notas de madera muy definidas, a las que se superponen las características de las botas empleadas.
La vía retronasal, es decir lo que seguimos oliendo después de ingerir, confirmará sobre todo las percepciones en boca y al propio perfil aromático que encontramos al oler la copa.
La duración de las sensaciones en boca y retronasal -denominada persistencia- es mayor a medida que aumenta el tiempo de envejecimiento.
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