La poda en verde acoge todas aquellas operaciones de poda directa, que se llevan a cabo sobre el viñedo en el período de actividad vegetativa, y su finalidad principal está encaminada a regular el equilibrio vegetativo y fructífero de la planta, así como facilitar otras prácticas de cultivo posteriores y mejorar las condiciones sanitarias y de maduración de la uva.
A lo largo de la primavera ,en los meses de verano, e incluso en el envero y maduración del fruto se pueden realizar operaciones de poda y supresión de elementos verdes, ya sea sobre brotaciones o estructuras vegetativas, como pámpanos, nietos, hojas, etc.. o sobre los propios pámpanos o uvas. Está técnica requiere precisión y ciertos conocimientos ya que no solo influye sobre la cosecha actual sino que su efecto revertirá sobre las próximas campañas, y aunque su coste en mano de obra puede resultar importante, su realización está ampliamente justificada en una viticultura de calidad.
Las operaciones que se pueden realizar dentro de la poda en verde son las siguientes:
Aclareo o supresión de brotes verdes: tanto los brotes de las yemas de pulgares y varas que no posean fruta, o enmarañan demasiado la vegetación, como los brotes de yemas situadas en otros puntos, tronco, brazos etc.. que poseen un vigor excesivo y poca fertilidad(chupones o esperguras), se pueden suprimir para equilibrar la cepa, mejorar las condiciones de aireación, sanitarias y de maduración del fruto, dejar la carga de uva estimada y facilitar la vendimia y poda de invierno posterior.
Desnietado: en ocasiones los pámpanos producen de sus yemas unas brotaciones secundarias llamados nietos, generalmente por un exceso de vigor en la vid, estos brotes poseen escasa fertilidad y producen en ocasiones un exceso de vegetación innecesario, por lo que su eliminación se hace necesaria en algunas ocasiones.
Despunte: también llamado desmochado, consiste en cortar la punta de los pámpanos, generalmente los últimos tres o cuatro entrenudos, y sirve para desvigorizar la cepa, facilitar la vendimia y pases del tractor, ya que a veces los pámpanos crecen en exceso y cierran las calles, mejorar la insolación de hojas de racimos, y evitar en formaciones libres como las cepas formadas en vaso, la rotura de pámpanos demasiado largos por un excesivo viento.
Deshojado: En viñedos muy vigorosos o con fertilizaciones excesivas de nitrógeno, el número de hojas a veces puede estar desproporcionado, también esta práctica es recomendable eliminando las hojas próximas que sombrean los racimos , mejorando así su insolación y maduración.
Supresión de racimos y aclareo de bayas: a veces algún racimo no ha madurado correctamente o no es recomendable desde el punto de vista sanitario, por lo que se suele eliminar para así ajustar mejor la carga de la planta y mejorar el reparto de nutrientes; también aunque mucho menos utilizado, se puede eliminar uvas dentro del propio racimo para evitar una compactación excesiva del racimo.
Otras: como por ejemplo la incisión anular, un pequeño corte en la base del sarmiento para mejorar la alimentación de los racimos.
Operaciones a medida
Según la zona, clima y condiciones atmosféricas puntuales, como heladas , granizos o vendavales excesivos, ciertas operaciones de poda pueden ser mucho mas importantes que otras, no obstante siempre hay que tener especial cuidado en la forma y momento de realizarlas , ya que si se practican erróneamente podemos obtener un efecto antagónico al buscado; por ejemplo si el deshojado se realiza para mejorar la insolación del fruto, realizado en un año con seco con excesivas temperaturas, podemos provocar pasificaciones e incluso quemaduras en los frutos, o un despunte excesivo puede provocar una brotación numerosa de nietos. También hay que procurar tener cuidado con la eliminación de racimos, ya que si se realiza prematuramente en terrenos fértiles con excesiva humedad y vigor, puede provocar un excesivo tamaño de las bayas por sobrealimentación.
+ via: LugardelVino
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